viernes, 16 de abril de 2010

Por los caminos de la tierra oral (II)

Hoy Begoña y yo hemos pasado gran parte del día hablando de repertorio: ¿cómo y dónde encontrar buenos cuentos para contar? Porque sin duda las historias que elegimos, contamos, vivimos, soñamos, desechamos... nos hacen los narradores que somos: los cuentos se enroscan en la garganta, en el corazón, en los ojos, y nos acompañan durante años, viven en nosotros y nosotros en ellos. Por eso es tan importante elegir bien los cuentos que vamos a preparar y contar, porque no se puede (con)vivir con un cuento durante años si no os lleváis bien.
Hemos visto sobre todo libros recopilatorios de cuentos tradicionales y libros con cuentos de autor (álbum infantil sobre todo). Mientras yo escribo esta pequeña crónica Begoña está arriba leyendo, lleva ya un buen par de horas pegada a los cuentos, leyendo, leyendo, leyendo, tomando notas, saboreando cuentos. Qué suerte toparse con autores maravillosos por primera vez, con historias excelentes por primera vez. En fin.
Pero esto no ha sido lo único que hemos hecho hoy, también hablamos a primera hora de algunos detalles de las sesiones de ayer, analizando (con algo de distancia) algunas cosas que no habíamos tocado ayer y que había que hablar, detalles, minucias, la salsa de los cuentos.
Y a última hora de la mañana fuimos al CEIP La Senda, al colegio donde trabaja Mariaje (mi mujer), para que Begoña contara a unos cincuenta niños y niñas de cinco años (gracias por la oportunidad al equipo de La Senda).
Ha sido una experiencia muy interesante porque la sesión no ha sido fácil (para empezar, era viernes y última hora de una semana lluviosa en la que apenas habían salido al patio...) y Begoña ha sido capaz de tirar para adelante y ¡hasta de disfrutar y hacer disfrutar a los niños!
Bueno, otro día más en esta aventura de cuentos.
Mañana estaremos en Alcalá con más compañeros y compañeras del oficio.
Saludos

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