domingo, 27 de noviembre de 2011

Jim Botón y Lucas el Maquinista

Tras una semana llena de viajes y emociones, hoy domingo por la mañana me he quedado en casita leyendo plácidamente (no se me ocurre cosa mejor, de verdad). El libro elegido se titula Jim Botón y Lucas el Maquinista, de Michael Ende, autor de quien no hace mucho reseñé aquí otro título. Este libro de Ende está ilustrado por F. J. Tripp, traducido por Adriana Matons de Malagrida, y publicado por Noguer.
Estoy releyendo muchos libros últimamente, algunos de ellos los leí en mi infancia y adolescencia (éste era el libro favorito de mi hermano cuando éramos críos). Esta relectura se debe a que estoy habilitando un espacio en mi web con mis autores favoritos, y de ellos trato de leer y releer todo lo que puedo. Y, por supuesto, uno de estos autores, es Michael Ende.
Pero vayamos con el libro.


No recordaba yo un libro tan lleno de aventuras y lugares extraordinarios (el desfiladero, el territorio de las rocas negras...), personajes tan maravillosos (como el gigante aparente) o momentos tan cargados de magia como cuando el dragón empieza a volverse dorado. La verdad es que ha sido un verdadero regalo volver a pasear por estas páginas maravillosas, hermosas y emocionantes que derrochan buena literatura. En cuanto pueda me haré con la continuación (Los trece salvajes, que no he leído) y me zambulliré en su lectura.
Leer a Ende es siempre apostar por caballo ganador, todos sus libros son perfectas maquinarias en las que la imaginación, los personajes fantásticos, las aventuras, las emociones y las situaciones divertidas y trepidantes engranan a la perfección. Es la suma de todo lo que un lector entusiasta le puede pedir a un libro. Pero es que además contiene también mucho de metáfora y la lectura permite diversos planos de interpretación.
Por ejemplo, leyendo ahora me doy cuenta de que acepté cuando niño con naturalidad que la dragona mala malísima tuviera, como medio de tortura, una clase, en la que no dejaba de preguntar y castigar a los niños y niñas. Sin embargo esto choca con la discusión entre la princesa Li Si y Jim acerca de lo importante que es el conocimiento. Sí, sin duda, un libro para disfrutar y saborear y seguramente una joyita para compartir leyéndolo en voz alta.
Me ha encantado, lo he disfrutado, me he reído, me he emocionado... y lo he devorado en apenas unas horas. Antes de la comida ya descansaba de nuevo en la estantería.
Bueno, no todo estaba en la estantería: la historia habitaba de nuevo en mí y alegraba mi corazón.
Saludos

1 comentario:

  1. Yo me he decidido a releerlo también. Es uno de los que mejor recuerdo de cuando era pequeño

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