miércoles, 25 de enero de 2012

El oficinista

Acabo de terminar de leer El oficinista, libro escrito por Guillermo Saccomanno y publicado por Seix Barral. Este libro ganó el Premio Biblioteca Breve de 2010 y pertenece al grupo de Libros de Resistencia que me envió Mariona desde Tamarite.


En un mundo de pesadilla en el que apenas se distingue el día de la noche, la violencia campa a sus anchas y las calles están tomadas por perros clonados, un oficinista de vida gris y gris trabajo se enamora de la secretaria de su jefe. En medio del Infierno un destello de amor, un amor al que el protagonista se aferra como una tabla de salvación, pero un amor que termina por naufragar, y en ese naufragio se ahoga, sin remisión, el oficinista.
Un libro oscuro que me ha hecho pensar en los grabados de Goya, oscuros, llenos hombres y mujeres con gestos deformes, plagados de monstruos de pesadilla. Igual es este libro, un cuadro futurista que podemos percibir como cercano (como una evolución "natural" de la sociedad en la que vivimos) con la violencia desatada y los sueños ahogados en lluvia ácida.
Leyendo este libro uno no puede dejar de pensar en Kafka (ya desde el título). Podría decirse que este libro es la reescritura de La metamorfosis pero a la inversa: no es el hombre el que ha cambiado, el que se ha convertido en un repugnante insecto, al despertarse para ir a la oficina. Es el mundo el que ha cambiado. Y a pesar de que se ha convertido en un Infierno en la tierra, el oficinista no deja de acudir a su trabajo: igual que el protagonista de Kafka no se pregunta por qué era ahora un insecto, sino que se preocupa porque no podrá llegar a tiempo a trabajar, exactamente igual sucede al oficinista de este libro, no se pregunta ni comenta nada sobre el mundo horrible en el que vive, sobre los días terribles que son sus días, se limita a vivir la rutina del trabajo a casa y de casa al trabajo... hasta que algo cambia. Un lío amoroso despierta en él esperanzas de una nueva vida. Y se aferra a ello como el náufrago que encuentra una boya en medio del océano.
Pero el amor es sólo un espejismo. Un artificio. Humo. Y él que por unos instantes ha levantado la cabeza y ha tenido la esperanza de una vida mejor, sucumbe a la pesadilla que le rodea.
Un libro desasosegante, duro, oscuro, afilado. Implacable. Una de esas lecturas que te llena la cabeza de imágenes turbias difíciles de olvidar y que da para pensar y conversar y recordar.
Una lectura ideal para esos días en los que quieres un hueso duro de roer para un caldo bien sabroso.
Saludos

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