viernes, 10 de agosto de 2012

La mujer justa

Acabo los días de playa y con ellos termino la lectura del último de los libros que me traje: La mujer justa, del escritor húngaro Sándor Márai, traducido por Agnes Csomos y publicado por la editorial Salamandra en su colección de Narrativa. De este autor he leído algún otro libro.


El libro nos cuenta una misma historia narrada por tres de sus protagonistas: Marika, Péter y Judit, aunque leídas/contadas las tres uno se da cuenta de que los tres puntos de vista nos permiten leer tres historias distintas. La historia no es compleja en sí: un hombre rico enamorado de su criada se casa con otra mujer, luego se divorcia de ésta y acaba casándose con la criada (de la que se separará después).
Para la primera mujer, la criada es "la mujer justa", pues sabe esperar. Para el hombre, su primera esposa es "la mujer justa", pues hace lo imposible por él. Y para la tercera mujer en discordia... tendréis que leerlo para saber quién es su "hombre justo".
Sándor Márai es un autor especial, que ahonda en las historias y llega hasta los detalles más pequeños. Uno de esos autores que es capaz de sumergirse hasta lo más profundo del alma de sus personajes. Es emocionante leer sus libros, ir desbrozando la trama, ir desvelando capa a capa las emociones y los sentimientos. Una historia aparentemente sencilla acaba por mostrarse enorme, inabarcable, llena de elementos relevantes intocados.
En esta ocasión me ha interesado mucho un personaje (el cuarto en discordia) que aparece citado por los tres narradores y que va siendo dibujado en hueco por las palabras y las historias que lo envuelven. Se trata de Lázár, el escritor (¿acaso trasunto del propio Sándor?), un tipo muy interesante que en las últimas páginas del libro toma verdadero protagonismo.
La prosa demorada de este escritor está llena de pepitas de oro, de pensamientos y destellos que hacen brillar los días (y las páginas de sus libros). Podría llenar este post de citas, pero sólo pondré algunas de las que más me han interesado.

"Sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. Quiero decir que sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir y ser herido en el duelo de la lectura, a polemizar, a convencer y ser convencido," (p. 215)

"Yo no puedo contarlo con palabras. De algún modo, parece que las palabras no sirven para expresar nada que de verdad sea importante en la vida... lo que es fundamental, como el nacimiento o la muerte. Eso no se puede expresar ni con las palabras verdaderas." (p.325)

[Lázár habla sobre la desaparición de la cultura]: "La gente sólo tendrá conocimientos y no es lo mismo. Sepa que la cultura es experiencia. Una experiencia constante, como la luz del sol. Los conocimientos sólo son una carga." (p.380)

"La cultura es cuando una persona, o un pueblo, se colman de una alegría inmensa. (...) ¡Imagínate un pueblo que vive con alegría! Y esa alegría es la cultura." (p. 413)

Dice Isabel, mi librera de vacaciones y lectora de Márai, que este es quizás el peor libro de Sándor Márai. Si eso fuera cierto, siendo el peor, es un libro hermoso en el que merece la pena zambullirse y nadar y dejarse llevar por sus corrientes. Un libro demorado para días de vacaciones.
Una lectura recomendable.
Saludos

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