domingo, 21 de abril de 2013

Por los caminos de la tierra oral (I)

Hoy llegó Begoña y fue bajar del avión y apenas tener un respiro para pasar por casa, saludar a mi familia, y salir disparados a las puertas del Teatro Moderno donde el público estaba esperando ya para su ración de cuentos.
Para preparar esta sesión revisamos cuentos de los dos repertorios para tratar de dar una coherencia a todo el espectáculo, buscando un hilo conductor (la crítica a la situación que está viviendo, o más bien muriendo, el Teatro Moderno, y el papel del pueblo frente a los desmanes de quienes nos gobiernan). Para ello contamos con unos muy buenos aliados: las fábulas y cuentos en los que las diferentes figuras en juego están muy bien delineadas: el poder (el león), la maldad (el lobo), la sumisión (los topos), la mirada crítica (la liebre), etc. Elegimos los cuentos, los organizamos y, casi sin tiempo a más, nos pusimos a contarnos.
La sesión tuvo, en verdad, una gran coherencia, y rodó estupendamente, todos los engranajes encajaban a la perfección.
A pesar de que la calle es difícil, contar a las puertas del Teatro Moderno es siempre una fiesta: la gente viene con hambre de cuentos, concienciada de lo difícil del lugar y con mucho mucho respeto. Pocas veces hemos tenido un auditorio tan expectante, atento y silencioso. Todo un lujo.
Begoña contó el segundo y el cuarto cuento. En el segundo se la veía todavía algo envarada, nerviosa por la responsabilidad y el lugar, pero según fue avanzando la sesión tanto ella como yo nos dejamos disfrutar por el momento. Y eso se notó cuando ella volvió a salir: contó mucho más tranquila, en verdad gozando el cuento y transmitiendo ese disfrute.
Finalizamos la sesión con un cuento participativo, relajado y ya algo más alejado de las vindicaciones: puro disfrute.
Esta misma tarde Rubén Madrid ha escrito la crónica de la sesión para Cultura En Guada, merece la pena que leáis su crítica (y veáis las fotos). Quizás podáis terminar de haceros una idea de la fiesta que ha sido la calle esta tarde reivindicativa del Teatro.

Foto de Rubén Madrid - CulturaEnGuada

Nada más terminar de contar en las puertas del Teatro Moderno (¿todavía no te has hecho Amigo del Moderno?) nos fuimos a Yebes-Valdeluz a contar para adultos en el Café Capri.
Poquita gente para un espacio algo difícil, pero los cuentos acaban por conquistar hasta los riscos más inaccesibles. Antes de terminar el primer cuento el grupo ya estaba entregado y disfrutando al cien por cien. Con el ambiente ya más dispuesto salió Begoña a contar un cuento (que me parece difícil y que ella lo hace fácil) estupendo que dejó a la gente encandilada. Estas sesiones en lugares algo más difíciles te dan callo y cuando, como nos ha pasado hoy, el público acaba por entrar, relajarse y disfrutar, sales doblemente satisfecho. Así ha sido hoy. Begoña terminó su cuento y tras un breve descanso salí yo a contar otro cuento (largo, algo complicado) que ya tenía la tierra allanada. De nuevo una fiesta.

Y esta ha sido la crónica de hoy.
Saludos

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