lunes, 22 de mayo de 2017

Crónica de estos días en Canarias

La pasada semana estuve en Gran Canaria contando cuentos (de miércoles a miércoles). Aquí os incluyo algunas notas y reflexiones de estos días de cuentos (de hecho así se llama el programa: Días de cuentos) en la isla, un lugar al que llevo viniendo 18 años de manera ininterrumpida, una fiesta siempre.

El jueves 11 por la mañana fui a contar al Centro Penitenciario "El Salto del Negro", aquí os dejo algunas reflexiones al hilo de esa función: "Esta mañana salí bien temprano del hotel para ir a contar al centro penitenciario de El Salto del Negro. Es la cuarta vez (al menos) que voy a contar a los internos de esta prisión y en el viaje he ido recordando cómo fueron las otras ocasiones. En especial la primera vez que vine aquí acompañado por Carles García Domingo, por aquel entonces todavía no habían hecho el otro centro penitenciario de la isla y este estaba masificado, sólo entrar ya resultaba sobrecogedor, por eso decidimos que en vez de repartirnos las aulas y las funciones contaríamos los dos juntos en todas las clases, y así, apoyándonos el uno en el otro, cuento a cuento, unas funciones que parecía que iban a ser desoladoras se convirtieron en una fiesta de la palabra: casi acabamos en una especie de justa cuentera tratando de contar el cuento más divertido, el más picante, el más sorprendente. Guardo un recuerdo fantástico de aquella mañana con Carles.
En otra ocasión en la que estuve aquí contando uno de los internos se acercó al terminar para agradecerme que le hubiera hecho reírse, "no sabes –me dijo– lo difícil que es reír aquí dentro".
Hoy he estado contando en el módulo ocho a un buen puñado de internos (ahora sólo hay hombres en este centro penitenciario, contar en el módulo de mujeres era bien particular). Mientras uno cuenta aquí tiene la sensación de que, al menos por unos minutos, muchos de quienes están escuchándote salen fuera de estos muros y se dan un paseo contigo por tierras de ficción, apenas montados en sencillas palabras vuelan bien lejos.
He contado en otros centros penitenciarios (tengo unas cuantas anécdotas contando en estos lugares), pero últimamente siempre que voy a contar a una prisión, sobre todo cuando hay hombres y mujeres, recuerdo este texto que escribió Pepe Maestro para el Diccionario de Narración Oral de AEDA hablando de la voz "Fiesta", aquí os lo enlazo."

El jueves por la noche estuve en el Paper Club contando junto con Virginia Imaz, Pablo Albo y Yoshi, fue estupendo y además Carlos García me hizo esta foto en la que parece que me están llegando alas verdes mientras cuento (me encantó la foto, sí).


El viernes pasamos todo el día disfrutando del XVII Maratón de los Cuentos de la Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria, una fiesta que duró un montón de horas (desde las 9,30 hasta las 23,30) y en la que compartí escenario con muchos profesionales y compañeros de la palabra dicha, pero también con niños, jóvenes y adultos que disfrutan contando y escuchando cuentos.


También ese día estuve contando cuentos por teléfono (esta actividad es estupenda y se celebra a lo largo de todo el día al mismo tiempo que dura el Maratón, se llama a una línea gratuita y los narradores encargados te van contando cuentos).


Por cierto, esta foto me encanta, ella es Susana, la intérprete de signos con la que cuento habitualmente cuando participo en el Maratón, es estupenda y no hay forma de conseguir que se quede atrás, da igual contar rápido, hacer juegos de palabras, interpelarla... es, en verdad, extraordinaria.


Acabamos el día rendidos y contentos, con un buen atracón de cuentos.

El sábado por la tarde estuve en Santa Brígida contando en la biblioteca una función de cuentos y vinos. Aquí os dejo mis impresiones de ese día tomadas de mi página en Facebook: "Ayer estuve contando en Santa Brígida, una función de cuentos para adultos titulada "Este cuento vino a mí, vino a mí, vino, a mí", como podéis imaginar el espectáculo está articulado alrededor de cuentos de vino, motivo por el que la gente de la biblioteca (Rubén, Luis) se encargaron de conseguir vinos de bodegas de la zona para acompañar las historias con buenos caldos. Para la función habían preparado el patio de la biblioteca, así pues, mientras contaba, atardecía sobre nosotros y, al finalizar, la noche ya nos observaba curiosa. El espacio no era muy grande (habría unas 35 sillas dispuestas) así que conté a un grupo bien cómodo, en su mayoría parejas con ganas de escuchar cuentos, gentes curiosas, aficionados al vino (y quizás algunos que trataban de escapar de Eurovisión).
Comencé a armar esta función hace más de diez años en un verano que pasé en el pueblo trabajando duro y que sirvió de inspiración para preparar cuentos populares para contar a adultos. Como el abuelo de Mariaje había tenido un bar muchos de los cuentos que elegí eran de vino, y así fue como poco a poco la función fue fermentando, tomando cuerpo y cogiendo grados. La estrené precisamente en esta isla, en Agüimes, y desde entonces hasta hoy estos cuentos me han acompañado en muchos y muy buenos ratos.
Ayer, sin embargo, fui consciente de que en 2017 no había contado este espectáculo, por eso dediqué algo de tiempo a repasar la estructura y refrescar algún cuento (hay un cuento breve que tiene dentro otros dos cuentos breves que no suelo contarlo) y me dispuse a disfrutar de las historias como quien sabe que va a abrir y saborear una botella de esas que tiene reservada para una ocasión especial.
Quizás por eso o quizás porque el público decidió que quería pasarlo muy bien desde el primer minuto (o quizás por ambas cosas), ayer la función resultó especialmente divertida. Lo pasó bien el público, lo pasé bien yo, y juraría que los cuentos también disfrutaron de la visita. Tal vez también ayudó al buen ambiente que el paso de una a otra historia lo acompañáramos de brindis populares con los buenos caldos del país. Y para que veáis que no es cuento esto que os digo, aquí os dejo esta foto tomada al terminar la sesión.
¡Larga vida a los cuentos, al buen humor y al vino!
Ah, os dejo unos cuantos brindis de vino aquí."


El domingo pude descansar y dar un largo paseo al borde del mar.

El lunes volvimos a la tarea: por la mañana estuve contando en Valleseco a alumnado de secundaria y por la tarde en Teror, tal como avisa esta nota en prensa.


El martes po la mañana estuve contando en Maspalomas, de nuevo a chavales de 3º de ESO, aquí tenéis la breve crónica de la sesión en esta nota en la web del ayuntamiento.

foto de la nota de prensa municipal

Y aquí os dejo algunas de las reflexiones que compartí en mi muro de la página en Facebook sobre contar a jóvenes: "Hoy estuve contando en Maspalomas a un grupo de chavales de 3º de ESO. Más allá de lo importante que es contar a alumnado de secundaria (por razones evidentes: con tantos cuentos tan cercanos a sus centros de interés, con tantos protagonistas o situaciones con los que podrán identificarse, con tantas historias hermosas, divertidas, emocionantes, sorprendentes, picantonas...); más allá del valor que tiene que este grupo de chavales pueda asistir a una propuesta artística sostenida por la palabra dicha (y por tanto ir ejercitando el gusto artístico propio, pasear por tierras de tradición oral, reflexionar sobre el valor y el poderío de la expresión oral, etc.); más allá, insisto, de todos los motivos obvios (ya sean útiles o inútiles, como dice el maestro Ordine), hay una razón por la que merece la pena siempre contar a jóvenes y adolescentes: para muchos de ellos las propuestas de narración oral se limitan a cuentos contados para la infancia, sí, muchos de ellos creen (con razón en no pocas ocasiones pues nadie se ha preocupado de desmontar esa idea) que los cuentos son cosa de niños, por eso contarles cuando son adolescentes, cuando son jóvenes, es una manera de permitirles que vislumbren el vasto campo de la oralidad para adultos, de abrir la puerta a que este colectivo sepa (o sencillamente sospeche) que los cuentos van más allá de la infancia y que hay historias que son para ser contadas a jóvenes y adultos.
Contar a jóvenes es, por tanto, y además de todo lo demás, una manera de promover y consolidar público adulto para un futuro muy cercano."

Y por la tarde estuve contando en la biblioteca "Dolores Campos", una de las bibliotecas municipales de Las Palmas de Gran Canaria, para público infantil y familiar. La verdad es que también aquí lo pasamos estupendamente.

foto de Quique Curbelo

Para terminar los días de cuentos el miércoles por la mañana fui a contar al Centro Internamiento Educativo para Menores Infractores (C.I.E.M.I.) "La Montañeta", un lugar donde hay menores (y no tan menores) internados por haber cometido algún tipo de delito. Estuve contando allí casi una hora y media y fue, en verdad, una experiencia muy emocionante. Os podéis imaginar que uno va a este lugar pensando que el colectivo de chavales internados quizás no esté muy interesado por los cuentos contados, sin embargo fue empezar a contar y desde los primeros minutos hasta el final tanto chavales como educadores y resto de personal asistente estuvieron completamente entregados y disfrutando de las historias. Fue una función maravillosa, de esas que será difícil que olvide, pero sobre todo de esas que te ponen delante de los cuentos para mostrarte, una vez más, su valor, su poderío, la necesidad que tenemos de contar, de contarnos, de escuchar, de escucharnos.
Una guinda maravillosa para unos días fantásticos.
Saludos

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